La leggenda può avere un prezzo? A quanto pare sì. Sarà battuta all’asta la storica McLaren MP4/6 di Ayrton Senna: ecco tutti i dettagli sull’evento e sulla cifra astronomica che gli esperti hanno stimato come base d’asta.
Risale allo scorso anno la transazione della collezione appartenuta a Bernie Ecclestone – che contava sessantanove monoposto di Formula 1 – a Mark Mateschitz, erede del fondatore della Red Bull. Adesso, l’attenzione si sposta sulla storica McLaren MP4/6 di Ayrton Senna, la monoposto con cui il brasiliano vinse per la prima volta davanti ai tifosi di casa sua. In occasione del Gran Finale della 75ª edizione del campionato di Formula 1 il prossimo 5 dicembre ad Abu Dhabi, la monoposto – progettata da Neil Oatley – verrà ceduta al miglior offerente partendo da una valutazione che oscilla tra i 12 e i 15 milioni di dollari, cifre da capogiro per un oggetto dal valore inestimabile.
Su valor va mucho más allá de los resultados en pista: el MP4/6 está considerado la última reliquia de un período histórico lejano, ya que es el último monoplaza en conquistar el título mundial con el legendario motor V12 y caja de cambios manual. Además, el coche de Woking había sido restaurado por la división Heritage de McLaren, dejándolo en condiciones de carrera, pero luego fue vendido cuando el equipo atravesó una crisis financiera.
La subasta será gestionada por RM Sotheby’s, una casa de subastas de coches de colección con oficinas en Estados Unidos, Europa y Oriente Medio, y especializada en la venta de coches vintage, de época, deportivos y exóticos.
1991, Gran Premio de Brasil: la primera victoria de Ayrton Senna en casa
La edición de 1991 del Gran Premio de Brasil fue una cita histórica de la que todavía hoy hablamos con reverencia. Al apagarse los semáforos de aquella carrera, la mente de Beco estaba ocupada por la idea fija de ganar en el circuito de la nación que lo había visto crecer, algo que se le había escapado demasiadas veces: primero en Jacarepaguá, luego en Interlagos. Sin embargo, aquella cita en Interlagos no estuvo exenta de imprevistos. Todo lo contrario.
En el transcurso de la sexagésima vuelta, el brasileño comenzó a tener problemas con la caja de cambios de su monoplaza y, así, su hambre de éxito se hizo aún más fuerte. Ayrton Senna apretó las manos alrededor del volante de su McLaren MP4/6 y suspiró profundamente, buscando dentro de sí una solución a aquella incógnita que acababa de presentársele y que estaba amenazando sus planes. Le falló primero la cuarta marcha, luego la quinta. El brasileño se quedó con la sola sexta marcha a su disposición para afrontar las últimas vueltas antes del final de la carrera.
Y es ahí donde, en su mente, se enciende aquella chispa que lo hacía un campeón: no por los números en la
clasificación, sino por el alma, por la fuerza interior que lo distinguía de todos los demás. El destino intentaba manejar los hilos de aquella carrera, pero Beco no estaba de acuerdo: sería él quien escribiría el resultado de aquella carrera, sin ninguna duda, incluso a costa del dolor.
Ayrton sonrió. Su arma secreta había llegado y quedaban los últimos esfuerzos antes de poder poner su firma en la obra maestra que estaba realizando, bailando sobre el agua que mojaba el trazado brasileño. Riccardo Patrese se vio obligado a lidiar con el trazado mojado, mientras que la concentración del campeón se enfocaba exclusivamente en completar aquella misión imposible, considerada como tal al menos por los demás.
Finalmente, la voz del comentarista resonó en el aire: «Ayrton. Ayrton. Ayrton do Brasil , decía, y el grito liberador del ganador la rompía. Una reacción, esa, que permanecerá en el corazón de los más apasionados, acompañada de escalofríos por todo el cuerpo. Aquel brasileño, llegado a la Fórmula 1 en 1984, había ganado por fin en su casa, delante de sus compatriotas.
Foto: RM Sotheby’s.
