Suzuka, la consagración del mito: el brasileño cierra el círculo de la leyenda con McLaren
El 20 de octubre de 1991 no es una fecha cualquiera en la historia de la Fórmula 1: hoy se cumple el aniversario del día en que Ayrton Senna conquistó su tercer título mundial, en el punto culminante de una temporada dominada por el talento, la constancia y la determinación absoluta del campeón brasileño.
Suzuka 1991: cómo fue el GP
En el circuito de Suzuka, McLaren se presentaba una vez más como el coche a batir. En la salida, Senna y Berger arrancaron a la perfección, manteniendo el liderato frente a Nigel Mansell, el único capaz de amenazar el título del brasileño. Pero el destino decidió otra cosa: en la vuelta 10, el piloto británico de Williams cometió un error en la primera curva, se salió de pista y abandonó la carrera. Desde ese momento, Senna se convirtió matemáticamente en campeón del mundo, logrando su tercer título en cuatro años, después de los de 1988 y 1990.
En cabeza, la carrera continuó bajo el dominio de McLaren: Berger lideraba, Senna controlaba. Pero en la última curva, en un gesto que se entendió de inmediato como histórico, Ayrton dejó pasar a su compañero, regalándole la victoria como muestra de agradecimiento por su trabajo durante toda la temporada.
El podio final vio a Gerhard Berger en lo más alto, seguido por Senna, Patrese, Prost, Brundle y Modena — con Brabham sumando en esa ocasión los últimos puntos de su historia.
Para Senna, Suzuka ’91 representó la cima de su carrera: una demostración de dominio mental y técnico que parecía destinada a durar, pero que se apagaría trágicamente el 1 de mayo de 1994 en Imola.
Foto: McLaren
